Pedro Vizcay/DIARIO DE LEÓN
Las últimas jornadas de la temporada de caza 2009-2010 se están caracterizando por las adversas condiciones climatológicas. En la recta final, y a causa de la cantidad de agua caída en forma de nieve o de lluvia, los aficionados apenas pudieron pisar el campo sin atollarse del todo en el barro, lo que ha impedido mover los ya de por si escasos bandos de perdiz. La liebre también ha ido de más a menos y apenas se están viendo en las últimas jornadas.
A partir de ahora la actividad cinegética se centrará en la caza del jabalí, tanto en las zonas de montaña como en los campos de maíz. Bastantes acotados han optado ya por el cierre anticipado y en los que la veda se mantiene abierta los resultados son malos o muy malos. Sin embargo no se procede todavía al cierre para poder al menos sacar los perros al campo. La única pieza cinegética que sigue dando alguna satisfacción a los sufridos cazadores es el conejo de monte allí donde los hay.
Una vez que finalice la temporada de caza serán muchos los titulares de acotados que soliciten permisos para proceder al descaste de zorros, muy abundantes esta temporada, y otros depredadores como córvidos y urracas. El problema con que pueden encontrarse es que todavía queda sin recoger el 70% del maíz, y están muy diseminados. La caza del zorro en las manchas de maíz con perros adecuados resulta emocionante. Esto, unido a la necesidad de mantener reducidas las poblaciones de zorros, permite organizar batidas una vez finalizada la temporada pero antes de que se cosechen los maizales. Las poblaciones de perdiz, liebre y conejo de monte, dónde todavía los hay, se benefician con el control de este astuto depredador. También resulta imprescindible el control de córvidos y urracas que causan importantes daños en la nidificación de otras especies cinegéticas. La época más adecuada para efectuar estos controles es la primavera, cuando estos depredadores alados han comenzado su ciclo reproductivo.
Problemas con el jabalí
Tampoco la caza del jabalí está resultando tal y como se esperaba. El terreno absolutamente encharcado no aguanta el peso de un pájaro y resulta imposible batir en condiciones al animal. En las últimas semanas se han cazado las vegas con maizales pero se matan menos y más pequeños que el pasado año.
En la Jefatura de Vida Silvestre se acumulan las solicitudes de monterías que no han podido realizarse a causa de la meteorología adversa. Teniendo en cuenta que apenas quedan fechas para realizar todas las autorizadas en los planes cinegéticos, cabe suponer que esa temporada se darán menos monterías que en los años anteriores, salvo que se decida prolongar la temporada en espera de condiciones más favorables.
En su conjunto puede decirse que la temporada de caza menor que finalizará a finales de enero, y la del jabalí que se prolongará hasta mediados de febrero, van a ser de las peores que se recuerdan. La única circunstancia positiva será que, de cara a la próxima temporada, quedarán reproductores suficientes que garanticen una adecuada población de especies cinegéticas.
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